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El agotamiento del emprendedor generalmente proviene del exceso de trabajo y la falta de descansos. Ya sea que no tengas experiencia como propietario de un negocio o que seas un profesional experto, es algo prácticamente inevitable para todos los emprendedores.
Emprender no tiene por qué significar sacrificar tu vida personal o tu salud mental y física. Cuando sientas que empieza el agotamiento, analiza los factores estresantes y establece nuevos límites según sea necesario.
¿Cuáles son algunos signos de agotamiento?
Cuando aparecen los síntomas del agotamiento del emprendedor, pueden manifestarse en una disminución de lo siguiente:
Creativity
Energía
Focus
Claridad mental
Motivación
El agotamiento y el exceso de trabajo también pueden aparecer como señales de advertencia físicas, como falta de sueño o dolores de cabeza.
Desde simples errores administrativos hasta fatiga emocional, el agotamiento del emprendedor hace que sea más difícil hacer lo que mejor haces: servir a tus clientes y clientes. Estos síntomas también pueden hacerse presentes en tu vida personal, lo que hace más difícil cumplir con las tareas diarias.
Tipos de agotamiento
Hay tres tipos principales de agotamiento: sobrecarga, negligencia y pocos desafíos.
La sobrecarga es común en los emprendedores. El agotamiento por sobrecarga es cuando estás trabajando en exceso, a menudo, hasta el punto del agotamiento.
El agotamiento por negligencia ocurre cuando te sientes perdido o indefenso y no tienes los recursos para obtener orientación en tu trabajo. Esto le puede pasar a los nuevos propietarios de pequeñas empresas que no saben a dónde acudir para asesoramiento.
El agotamiento por pocos desafíos es cuando te sientes desmotivado o aburrido por tu trabajo. Esto es más raro entre los emprendedores. Pero si haces las cosas por inercia en un trabajo o un proyecto adicional que ya no te agrada, puede suceder.
Restablecer tu horario
Definir claramente cómo pasas tu tiempo es clave para los nuevos propietarios de negocios. Considera las horas del día en las que estás más productivo. No tienes que forzar largas horas o un horario convencional de 9 a 5 si no es así como haces tu mejor trabajo.
Cuando fijes tu horario, pregúntate:
¿Cómo suele desarrollarse una jornada de trabajo?
¿Tus horarios actuales generan un excelente trabajo para los clientes y una sensación de equilibrio en tu carga de trabajo?
¿Tu horario actual permite suficientes horas de sueño?
¿Tu horario de trabajo te da suficiente equilibrio entre el trabajo y la vida personal?
¿Cómo quieres que tus días sean diferentes?
Puede ser útil pensar en qué momento del día tienes picos de productividad y personalizar tu horario según tu ritmo natural. No tiene sentido forzar un horario de 9 a 5 si tu productividad es más alta de 12 a 8.
Con claridad sobre tus prioridades y cómo trabajas mejor, puedes tener más control sobre tus horas de trabajo.
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Crea descansos en tu jornada
Puede resultar contradictorio, pero es difícil dar un buen servicio a clientes o clientes si no te preocupas por ti. Agregar descansos a tu rutina de trabajo es una buena manera de reiniciarte mentalmente para que puedas llegar a la siguiente tarea o a la reunión completamente presente.
Empieza por agregar un poco de tiempo de cuidado personal entre reuniones. Tómate ese tiempo para reorganizarte, hidratarte y relajarte. Crea pausas para el almuerzo o una caminata en tu jornada para dedicarte un poco de tiempo y recuperar la energía.
Si tienes muchas reuniones, establece un horario definido y un margen de tiempo entre citas para que no tengas que vigilar tu calendario.
Conoce cuándo decir que no
Decir que no de vez en cuando puede ayudarte a tener éxito a largo plazo. Necesitas tiempo y espacio para pensar en tu próxima gran idea o prepararte para lo que viene después.
Solo porque se pueda hacer algo de inmediato, no significa que tenga que ser así. El tiempo que pasas fuera del trabajo no es tiempo desperdiciado: descansas y recuperas energía para el trabajo.
Practica decir no a proyectos en los que tal vez no valga la pena invertir tu tiempo y recursos. O aplica un “no” a algo más pequeño que te robe la energía, como el tiempo que pasas en las redes sociales.
Poner límites estrictos es autocuidado
Una vez que identifiques qué límites necesitas en torno a tu tiempo y trabajo, ponlos en práctica.
Cuando te alejas de tu escritorio, les estás ofreciendo a tus clientes y seres queridos el mejor obsequio que puedes darles: una persona más descansada y dedicada que no solo está lista, sino también motivada para afrontar el próximo desafío. Establecer límites es una de las mejores maneras de proteger tu energía, de manera que tengas más para volverla a invertir en el negocio y en tu vida fuera del trabajo.
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Esta publicación se actualizó el 5 de mayo de 2023.