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Como poeta oral, organizadore de la comunidad y activista, Walela Nehanda descubrió lo poderosas que podían ser las palabras a temprana edad, cuando empezó a escribir spoken word. Ahora, además de usar la poesía como herramienta para sanar su trauma personal y para lidiar con las batallas físicas contra la leucemia, Walela también ha peleado para usar su voz como instrumento para organizar su comunidad y darles fuerza a los que más la necesitan. Habló con Squarespace acerca de encontrar su pasión, cómo poner límites y el poder del trabajo conjunto.
SQUARESPACE: ¿Cuándo fue la primera vez que te interesaste por la spoken word como forma de expresión?
WALELA NEHANDA: En 2013, estaba en Nueva York visitando a amigues y me contaron que iban a una competencia universitaria de poesía. Por dentro pensé: "Esto será pésimo". En ese momento, creía que la poesía y la spoken word eran creadas por hombres blancos que ya habían muerto, y que no tenían nada en común conmigo. Pero ver a todos, en especial a las personas negras actuando, realmente abrió un nuevo mundo para mí que no sabía que existiera. Regresé a casa y escribí mi primera poesía, que fue una manera de superar el abuso sexual. Encontré un lugar de poesía en Los Ángeles y empecé a actuar muy seguido. Me dio un nivel inusitado de alivio catártico que no había sentido antes, así que seguí yendo y escribiendo.
SQSP: ¿Cómo te ayudó la spoken word a manejar tus emociones durante la pandemia?
WN: Tenía 19 años cuando empecé a escribir spoken word y me convertí en poeta oral. A los 22, ya pertenecía al equipo del concurso nacional de poesía. Recibí muchas críticas de la comunidad en general, así que, cuando me diagnosticaron cáncer, me distancié. En terapia, me di cuenta de que la poesía estaba desenterrando sentimientos que no sabía que tuviera y que otras formas de escritura me ayudaban a superar mis problemas.
Así que, cuando crecí y especialmente durante la pandemia, adquirí más interés en lo siguiente:
a. Transformar cómo solemos ver a la spoken word; es un mundo más amplio que los videos en línea de concursos de poesía con una persona delante del micrófono. Por eso, decidí desafiarme a presentar la poesía de nuevos modos, lo que dio lugar a mi EP.
b. He estado probado otras formas de escritura para sanarme, por ejemplo, ensayos, novelas, guiones. Además, darme la libertad de escribir más que poesía ha resultado muy útil para mi imaginación.
c. Creo que también he reconocido que la poesía y el arte tienen un límite. Sin dudas, me ayudan si me siento fuera de contacto conmigue, pero el control de mis emociones está más arraigado en lo que he aprendido en terapia, la ayuda de mi psiquiatra, de mi oncólogo, de los coordinadores de mi trasplante de médula ósea, de mis amigues y más.
SQSP: Escribiste sobre las maneras en las que la ayuda mutua te ha permitido transitar la crisis de COVID-19. ¿Cómo te apoyó tu comunidad en estos momentos difíciles?
WN: Al inicio de la pandemia, hubo mucho acaparamiento de ciertos productos que, literalmente, afectó la vida de las personas inmunodeprimidas. Intenté comprar lo de siempre: mascarillas, desinfectante para manos, desinfectante en aerosol... pero no pude conseguirlos. Sentí mucha ansiedad y entré en pánico porque, obviamente, esto era una pesadilla para mí. Publiqué un pedido de ayuda en las redes sociales y explotó. Tardaron menos de una hora en cubrir mis necesidades. Me abrumó (en el buen sentido) porque me hizo sentir muchísimo amor y apoyo en un mundo que tiende a no prestarles atención a las personas discapacitadas. Recuerdo que pensé: "No puedo ser la única persona que está viviendo esto". Así que empecé a escribir publicaciones en las redes sociales en las que las personas mencionaban sus necesidades y se vinculaban con otras dispuestas a ayudar en su zona. Con el tiempo, se convirtió en un documento compartido que ayudó a más de 200 personas cuyas necesidades se cubrieron más allá de un desinfectante (muchas veces con comida, dinero, vivienda y más). Es un proyecto del que, lamentablemente, tuve que alejarme porque estoy en un receso ahora hasta que pase un año desde mi trasplante, pero está en buenas manos. El trabajo que hice no fue el primero de este tipo y no será el último. Creo que el apoyo de la comunidad ha sido LO ÚNICO que ha ayudado a los que tienen dificultades... mucho más que cualquier otra cosa.
SQSP: Has trabajado como organizadore y líder de la comunidad. ¿Qué consejo le darías a alguien que está buscando participar más en su propia comunidad?
WN: No me llamaría "líder" porque no creo haber contribuido demasiado en comparación con los que me precedieron como para estar en ese nivel. Sin embargo, el consejo que le daría es el siguiente: únete a una organización de base; aprende sobre sus políticas y sus objetivos; observa el trabajo que están haciendo, cómo es su estructura interna, cuál es su relación verdadera con la comunidad en general; y comprueba si todo esto se alinea contigo y con lo que deseas lograr.
Otros dos aspectos críticos que desearía haber aprendido hace más de 4 años son estos:
a. Sé humilde. A mucha gente le entusiasma el trabajo de los movimientos y desaprender lo que nos han enseñado. Como consecuencia, a veces, esto da lugar a una actitud engreída y con aires de superioridad (sé lo que les digo, a mí también me pasó), y facilitamos mucho la vida y el trabajo de todas las personas involucradas si elegimos ser humildes en esta labor, especialmente porque es un servicio y requiere cierto nivel de madurez para criticar y autocriticarnos a fin de que todes podamos mejorar.
b. Presta atención al agotamiento y no te excedas. Parecido a lo que dije antes: puede ser muy emocionante empezar a organizarse y a menudo no prestamos atención a nuestras propias necesidades, como el descanso, porque tenemos un gran compromiso con la tarea. El compromiso es genial. Pero ¿de qué sirve el compromiso si te conduce al agotamiento? Se minimiza la importancia de comprender que estamos buscando una sostenibilidad a largo plazo, lo que significa que les organizadores deben cuidar de sí mismes también o que necesitamos organizaciones con cierta capacidad de ayudar a que se cubran las necesidades de otros organizadores.
SQSP: En una era de distanciamiento social, ¿cómo cambió tu plataforma en línea la forma en que interactúas con tus amigues, fans y seguidores?
WN: Ya era una persona inmunodeprimida antes de la pandemia, así que me resultó bastante fácil acostumbrarme al distanciamiento social porque no lo sentí como algo fuera de lo común. Además, soy muy introvertide. No necesito estar físicamente cerca de otras personas para sentirme realizade. Sin dudas, he tenido videollamadas con amigues mucho más a menudo que antes. En cuanto a estar en línea, recién empiezo a ser más interactive, por ejemplo, con charlas cada dos semanas o vivos una vez por mes. Creé contenidos por suscripción porque perdí mi fuente principal de ingresos y, junto con mi sitio web, esta ha sido una gran manera de continuar mi trabajo lo mejor que puedo. Pero, aparte de eso, no cambió mucho porque no había mucho para cambiar. Creo que lo más importante es que empecé a poner muchos más límites en línea. Estos son momentos estresantes nunca antes vividos y como alguien que, muy probablemente, reciba un trasplante de médula ósea a fines de septiembre, no tengo la paciencia que solía tener con las personas que violan mis reglas y mis límites. Entonces, tal vez podría decirse que prioricé mi autopreservación como no lo había hecho hasta ahora, y realmente me llena de orgullo de haberlo hecho.
Para saber más sobre Walela o averiguar cómo puedes participar en su causa, visita su sitio web o sus redes sociales.