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Foto: Sylvie Rosokoff © 2019
Temporary es una novela debut que sigue el intento de una joven de buscar un trabajo estable en un mundo donde ser empleada temporal es genético, es decir, algo con lo que las personas nacen, y una agencia cubre trabajos de corto plazo para limpiadores de ventanas, modelos, taxistas, personajes de canciones infantiles y otros trabajos inusuales. En el currículum de la narradora, figura la capacidad de ordenar un armario de zapatos sin usar y sustituir a la presidenta de una junta directiva, además de su experiencia como pirata (llamada Darla), fantasma y asesina. “Los zapatos que debo calzarme suelen cambiar de talle constantemente”, le dice a la lectora. Encontrar un trabajo permanente es un sueño, pero ella no sabe cuál sería su trabajo ideal.
El día que la agente literaria de la escritora Hilary Leichter entregó el manuscrito a los editores, Leichter comenzó un nuevo trabajo. “Pensé que era un trabajo común y, el primer día, me acompañaron a la agencia interna de empleo temporal y me di cuenta de que continuaba siendo una empleada temporal después de todo ese tiempo”. Leichter habló con Squarespace sobre sus aventuras como empleada temporal en busca del éxito en un campo creativo, de cómo la COVID-19 cambia la relación de las personas con el trabajo y de cómo promocionar un libro cuando se desata una pandemia.
“Siempre fui escritora, pero durante mucho tiempo, me consideré artista”, nos cuenta Leichter. Habló de cuando se mudó a la ciudad de Nueva York y comenzó a ir a audiciones, al tiempo que escribía su propio material y unía sus trabajos de medio tiempo como asistente personal y contratista. Se considera una persona con suerte, ya que, un año después de graduarse de la universidad, vino la crisis financiera de 2008, pero esos trabajos no desaparecieron.
También siguió escribiendo y, finalmente, hizo una maestría en escritura de ficción. “Creo que tengo una gran imaginación y viene por ser artista, solo que no sabía qué hacer con ella”, confiesa Leichter. “Sabía que era peculiar y que tenía un tipo de sensibilidad diferente, pero no sabía cómo canalizarla”. En la maestría, Leichter encontró profesores que podían ver lo que ella escribía y le brindaban comentarios. “Es muy importante y valioso tener a alguien que, desde el principio, te dice de lo que eres capaz cuando ni tú sabes lo que escribes, y eso me dio la energía para seguir”.
Cuando Leichter tuvo un puñado de cuentos publicados y comenzó a diversificarse con entrevistas y crítica, se dio cuenta de que necesitaba un sitio web para organizar y mostrar todo su trabajo. “Resultó ser lo mejor que hice”, dice Leichter. "Empecé a recibir correos electrónicos de personas que me preguntaban si quería escribir algo para tal o cual publicación. Me preguntaban si tenía representante, si estaba escribiendo una novela... Todo eso hizo que tuviera ganas de terminar algo. [Escribir] es un proceso my solitario, y saber que algunas personas prestaban atención a eso me hizo sentir que debía seguir adelante”.
“Tenía una idea más definitiva de lo que deseaba ser y hacer, y trabajaba todo el día para hacerla posible, así que daba clases, trabajaba como empleada temporal en una empresa de administración de propiedades, aceptaba cualquier trabajo que me ofrecieran, lo que fuera”, dice. El contraste entre su vida profesional fragmentada y las vidas, aparentemente, más estables de sus amigos que compraban casas, adoptaban perros, tenían niños —y patios donde esos niños podían jugar— despertó la inspiración para el libro. “Me senté y escribí el libro en un mes... Estaba llena de esperanza, energía y furia”. Luego pasó un largo tiempo editándolo y modificando las escenas que formaban el viaje único de su narradora. Ninguno de sus propios empleos temporales aparece en Temporary, pero tomó las emociones que había detrás de ellos. “Trabajas en la casa de alguien y sientes que eres parte de su familia, pero no lo eres... Trabajas en una oficina donde todos te dicen que eres parte de la familia, pero no lo eres. Todo eso hace que te sientas un poco marginada”.
Temporary es un retrato conmovedor y lírico del trabajo ocasional y de las búsquedas entrelazadas de empleo e identidad que enfrentan todas las personas cuando llegan a la edad adulta. Tiene especial relevancia en un momento en que la pandemia de la COVID-19 cambió la naturaleza del trabajo y redefine significativamente los caminos profesionales por venir. Leichter afirma: “Vi muchas publicaciones en redes sociales de gente que dice: '¿Qué soy ahora que no voy a trabajar todos los días?', '¿Qué soy ahora que solo estoy en casa?'. Eres la misma persona, pero [el trabajo] está tan vinculado a la identidad que creo que tendremos una crisis nacional de identidad, además de todas las crisis más inminentes con las que estamos lidiando. Me parece que, cuando tienes un país que se define por las acciones que son remuneradas y, luego, esa remuneración desaparece por completo, ¿quiénes y qué siguen siendo los ciudadanos de tu país? Creo que somos mucho más que eso”.
Incluso antes de que se desatara la pandemia, Leichter pensaba formas creativas para que los lectores de Internet se entusiasmaran con su libro. Buscaba crear algo nuevo para atraer a las personas a la narrativa de Temporary yendo más allá de los fragmentos y las reseñas, así que se le ocurrió crear el Generador de trabajos aleatorios y escribió 50 nuevos “empleos” al estilo de la agencia de Temporary (más algunos favoritos del libro, como el de “bruja”, el último recurso antes del temido desempleo para sus empleados temporales ficticios). Habló con una amiga para que la ayudara con el código, mientras ella se concentraba en los puestos de trabajo, las descripciones y el diseño de la página; juntas descubrieron que era fácil agregarlos al sitio. “Es una de las cosas más divertidas que pasaron este año. Y el hecho de que la gente las compartiera e hiciera capturas de pantalla de sus empleos fue muy divertido de ver, no contaba con eso. Fue increíble, maravilloso”.
La novela se publicó justo cuando se impuso la orden de quedarse en casa en todo el mundo. Como consecuencia, se canceló el lanzamiento presencial del libro de Leichter y se alteró el típico cronograma de eventos del que dependen los escritores de ficción para promocionar sus libros. “El día después del que se suponía que fuera mi lanzamiento, mi amiga y mi esposo organizaron un lanzamiento virtual, como un lanzamiento sorpresa. Fue increíble. Pasé de estar desconsolada a sentirme completamente eufórica”. El ciclo de noticias vertiginoso de mitad de marzo puso todo en perspectiva. “Cada 24 horas, parece que el mundo cambia de dirección. Intento mantenerme al día. Así me siento ahora: ¿cómo puedo estar al día con todo esto? Y creo que la respuesta es seguir escribiendo si puedes. No fue el momento ideal para el lanzamiento de un libro, pero los libros tienen una vida mucho más larga que su primera semana en el planeta. Mientras siga habiendo gente que lea, creo que mi libro sobrevivirá, igual que todos los demás”.
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